En el bullicioso centro de la ciudad, en oficinas y salas de juntas, la publicidad lucha por hacerse oír. A pesar de ser un motor vital para la economía, la industria publicitaria a menudo enfrenta la subvaloración de otros actores clave como las cámaras de comercio y empresas que son parte de la misma industria como las litografías.
La publicidad no es solo una herramienta para vender productos; es el alma que impulsa la economía moderna. Sin publicidad, muchas empresas simplemente no existirían, por ello, las grandes empresas siempre tienen un rublo para inversión publicitaria., directora de una agencia publicitaria reconocida. «La publicidad no solo informa, también crea conexiones emocionales y construye marcas».
Sin embargo, esta realidad no siempre es reconocida. Las cámaras de comercio, entidades que deberían apoyar el crecimiento empresarial, a menudo ven la publicidad como un gasto elevado y no como una inversión crucial, en sus cursos y talleres para emprendedores es increíble ver como aconsejan a los nuevos empresarios que utilicen apps de diseño o herramientas de inteligencia artificial para hacer sus piezas promocionales, y les dan la ilusión que con una capacitación de unas cuentas horas pueden hacer una estrategia de marketing efectiva; por algo, según un estudio de Confecámaras, el 33,5% de las empresas del país sobreviven al término de 5 años.
La resistencia a invertir en publicidad moderna se debe en parte a la percepción de que los costos son elevados y los beneficios, inciertos. Las empresas tradicionales, como las litografías, siguen siendo vistas como opciones más tangibles y fiables, además, por el hecho de retener clientes, las litografías les dan diseños genéricos a bajo costo o hasta gratis.
En el caso del marketing digital, se han visto casos de influencers y otros personajes que, porque les ha ido bien por redes sociales, se creen expertos y aconsejan el no usar agencias o profesionales de marketing, fuera de que desmeritan por completo el marketing off line.
Esta falta de comprensión sobre el ROI de las campañas publicitarias modernas limita las inversiones en este sector, afectando a la industria en su conjunto.
Las Consecuencias de la Subvaloración tanto por actores internos y externos de la industria publicitaria son:
- Menor Inversión: La falta de inversión adecuada en publicidad restringe el crecimiento y el alcance de las empresas. Es frustrante ver cómo se desaprovechan oportunidades de crecimiento por no entender el valor de una buena campaña.
- Desarrollo Inequilibrado: La preferencia por métodos tradicionales crea un desarrollo desigual en el mercado. Las empresas que adoptan nuevas tecnologías publicitarias avanzan a pasos agigantados, dejando atrás a quienes se resisten al cambio.
- Impacto en la Percepción: Esta subvaloración también afecta la moral de los profesionales del sector. Es difícil atraer talento creativo cuando la industria no es vista con el respeto que merece.
Para combatir esta subvaloración, es crucial educar y concienciar a los actores clave sobre la importancia de la publicidad moderna. Necesitamos programas educativos y talleres para cambiar esta percepción de los actores que afectan la industria. Además, desarrollar y compartir métricas claras sobre el ROI puede demostrar el valor tangible de las campañas publicitarias. Las historias de éxito son otro vehículo poderoso para cambiar la narrativa. Compartir casos de empresas que han crecido gracias a la publicidad puede servir como inspiración.
La subvaloración de la industria publicitaria por parte de actores como las cámaras de comercio, las litografías, influencers, entre otros, es un problema real que afecta no solo al sector, sino a la economía en general. Sin embargo, mediante la educación, la medición transparente del ROI y la promoción de historias de éxito, es posible cambiar esta percepción. Solo así se podrá fomentar un entorno empresarial dinámico y competitivo, en beneficio de todos.
En un mundo donde la conexión es clave, la publicidad no debe ser la voz ignorada. Es hora de reconocer su verdadero valor y darle el lugar que merece en el crecimiento económico y social.